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EL MUNDIAL DE FÚTBOL DE QATAR 2022
El Mundial de Fútbol de Qatar, en Invierno
El tiempo nunca había dado tanto que hablar en un Mundial de fútbol. Desde que se decidió la sede en 2010, la polémica ha estado siempre servida. Aunque finalmente se disputará entre el 18 de noviembre y el 18 de diciembre, la medida no gusta a todos.
En 2022 se celebrará el Mundial de fútbol en Qatar. Como ya es habitual, en un principio el torneo se iba a jugar en verano, sin embargo, desde que se dio a conocer la sede no han parado de llover críticas sobre el calor que haría en esas fechas. Hay que recordar que en Qatar es muy común que las temperaturas superen los 50 grados, algo que pondría en riesgo tanto a jugadores como a aficionados.
En un principio, y ante las críticas, se valoraron varias posibilidades, como jugar los partidos de madrugada o adelantarlo a los meses de mayo/junio. Aunque seguiría haciendo calor, no sería tan intenso. Sin embargo, finalmente se ha decidido que se juegue en pleno invierno. A pesar de que las condiciones meteorológicas no serán un problema, es una medida que no gusta a los clubes de fútbol.
En noviembre y diciembre los clubes europeos están en plena competición doméstica y los principales equipos deberán ceder a sus jugadores. Durante algo más de un mes los clubes deberían prescindir de sus estrellas y no podrían disputar el campeonato liguero.
La decisión de trasladar el Mundial de Qatar 2022 al invierno, es una de las medidas más importantes en los 111 años de historia de la FIFA. Desde la Federación han recalcado que intentarán acortar al máximo la competición: “En principio nosotros necesitaremos 28 días para jugar”.
Nubes artificiales para evitar el calor
El debate sobre la disputa del Mundial en pleno verano llegó incluso a valorar la posibilidad de crear nubes artificiales durante los partidos. Con esta medida se pretendía que las temperaturas bajaran en los estadios hasta los 20 grados.
Este método consiste en una nube mecánica formada por un novedoso componente de carbono que sobrevuele los estadios. En el interior de la nube se inyecta el gas helio para que flote, y la energía solar mueve sus motores. Mediante control remoto la nube se quedaría suspendida en el aire protegiendo al estadio de los rayos de sol.
Finalmente, el calor no será un problema, aunque los aficionados nos tendremos que conformar con verlo desde casa y no en las terrazas o en la calle como ya era tradición. ¿Te parece acertada la medida?
Fuente:
Javier
www.eltiempo.es
www.thetimes.co.uk
