Para caer, deberás tirarte…
Quadro4: Lo mejor de dos mundos
La marca suiza Quadro vuelve a la carga después de unos primeros años difíciles, intentando introducir en el mercado su “tres ruedas”, algo que no fue tarea sencilla. Hablamos del Quadro 350, un vehículo que llegó allá por el 2012 pero con muchos detalles por pulir. Un vehículo con el cual quisieron rivalizar con modelos de la competencia más maduros, algo que no ocultan los responsables de la marca. Pero ahora la cosa cambia y en 2016 vienen renovados, con nuevos inversores y su producto estrella: el Quadro4, la evolución de su triciclo, una “especie” de scooter pero de cuatro ruedas. Y digo “especie” porque no llega a conducirse ni como un scooter ni como una moto… Es diferente, ya lo veréis.
Perfecto, olvidemos el pasado. Centrémonos en el presente. El Quadro4, es uno de los ¿scooter?, ¿moto-coche?, ¿cuadriciclo?, más llamativo de los últimos tiempos. Cuatro ruedas,suspensiones independientes con sistema hidráulico, motor de 30 CV, todo parece “quadrar” en este producto suizo y que quieren denominar S.U.V. Pero no literalmente con las siglas de los automóviles – Sport Utility Vehicle o Vehículo deportivo utilitario-, sino las de Safe Utility Vehicle – Vehículo Utilitario Seguro-. ¿De verdad es tan seguro? No sé yo… Cierto, siempre surgen dudas.1
El caso es que este Quadro4 posee todos los ingredientes para hacerse un hueco real entre los que busquen la libertad de las dos ruedas pero con la seguridad de las cuatro. Porque diferenciarse es la clave del éxito en muchas ocasiones y más si cabe para una marca nueva o con pocos años a sus espaldas. Este es el caso y hemos podido comprobarlo en esta toma de contacto.
Aunque la configuración de su esquema de suspensiones se lleva el mayor protagonismo, la integración de la mecánica en todo el conjunto también debe tener el suyo. Un motor diseñado específicamente para este modelo tan peculiar: monocilíndrico de 350 cc, situado en el centro, doble árbol de levas, diferencial mecánico para sus ruedas motrices… Ruedas que, por cierto, comparten dimensiones y se estima una durabilidad de unos 30.000 km, siempre que se roten las traseras por las delanteras.
Hidroneumática
Ahí está la clave, en la suspensión. Hacer trabajar de la manera que lo hace a un esquema similar al McPherson no es tarea sencilla. Y lo han conseguido. Como evolución a su modelo de tres ruedas había que solventar la papeleta en la zaga y por ello nos encontramos con unos ejes basculantes y doble correa de transmisión. La peculiaridad es la forma en que el sistema permite una inclinación de hasta 45º. ¿Suficientes grados? Ya os aseguro que sí.
Por otro lado, han obviado los sistemas eléctricos para el bloqueo de inclinación, siendo uno mecánico el que evita tumbarlo al estacionarlo. En el caso de llegar a un semáforo, lo único que se ha de hacer es apretar la manera izquierda con más fuerza, evitando la rotación de las ruedas y, por consiguiente, las basculaciones del conjunto. Esto es la teoría, porque en la práctica requiere un período de adaptación ya que la sensación es de perder algo el equilibrio. ¿La solución? Poner los pies en el suelo, sin problema.
El impacto visual del Quadro4 ya no es tanto debido a los modelos de tres ruedas que han ido apareciendo en la última década, sobre todo viendo la parte frontal, que incluso parece “sonreír”. No obstante la zaga sí resulta peculiar con ese conjunto también de doble rueda y sus correspondientes correas. Un diferencial mecánico permite diferentes velocidades de giro de las ruedas, como si de un turismo se tratase. Respecto al sistema de frenado, en principio el ABS o antibloqueo de frenos hubiera sido lo más lógico, pero no. Se ha elegido un sistema de frenada combinada que, a tenor de lo experimentado, funciona a las mil maravillas incluso en terrenos desiguales o asfalto roto.
¿Equipamiento?
Pues como el de cualquier maxi scooter… Tres compartimentos portaobjetos, dos tomas de 12 voltios, la instrumentación de tipo automóvil, son guiños para aquellos potenciales clientes que vengan de las cuatro ruedas. Con un buen hueco bajo el asiento para albergar un casco integral, por supuesto y gracias a la ubicación del depósito de combustible por detrás del motor. Un motor al que, por cierto, se puede acceder de manera muy sencilla para realizar las tareas de mantenimiento.
Aquí, a diferencia de la mayoría de los scooters donde hay que despojarlos de gran cantidad de partes para acceder a la mecánica, tan solo retirando unos tornillos de anclaje del asiento del conductor se puede realizar cualquier revisión. Es importante mencionar que el compartimento trasero es independiente y se puede abrir sin tener que bajarse del Quadro4.
Por otro lado la ausencia de caballete central o lateral, hacen de él más cómodo a la hora de aparcar, y simplemente habrá que bloquear la suspensión, girar la llave de contacto a la izquierda y mientras, con la mano derecha, tirar de la palanca del freno de estacionamiento.
Sensaciones extrañas…
Aunque subirse no es difícil, la anchura del asiento puede resultar un tanto incómoda para cierto tipo de clientes y lo más recomendable es aprovechar el sistema de bloqueo de las suspensiones, tanto para bajar como para subir. Siempre que la palanca roja esté accionada, el sistema evita el movimiento accidental si el motor está en marcha y aceleramos.
La calidad de terminación es bastante buena y tan solo aprecio pequeños detalles que aún se pueden pulir. Botones, piñas, tapizado del asiento o los plásticos dan sensación de que han trabajado para ajustar el producto al máximo, pero sin permitir que se les disparase el precio final y eso está bien.
Después hay que habituarse a la maniobra de acelerar desde parado y frenar en un semáforo. La sensación es que siempre te vas hacia un lado u otro, como si perdieses el equilibrio. Pero es cuestión de habituarse. Al principio no había manera, después ya lo hacía bien. ¡Ay! Cuántos vicios de las dos ruedas tengo, me decía mi mismo…
Vas sentado un poco más alto que un scooter normal, con una visión general del tráfico más amplia y con la ventaja de que una vez hayas conectado con él, puedas pasar entre dos coches para salir primero en un semáforo. En ese momento, el de salir, falta un poco de instantaneidad en la aceleración, aunque no tanto como cabría pensar para los más de 260 kg del conjunto. Mantente firme en el asiento y deja que trabaje el conjunto. No hace falta realizar esfuerzo con el cuerpo ni ayudar con tu peso hacia el lado interior de la curva.
¿Dónde está el límite?
Una sensación rara. Mira que he probado todo tipo de vehículos durante mi vida, dos, tres, cuatro, seis, hasta ocho ruedas, pero sin duda el Quadro4 es un avance en cuanto a seguridad impresionante. Cuatro puntos de apoyo, sistema hidráulico de suspensiones, tracción a dos ruedas y diferencial… Al principio se me hizo muy raro, mucho. No es como los modelos de tres ruedas similares, es bastante diferente. Lo primero por cómo se producen las transiciones, los cambios de trayectoria, los giros y cómo adoptar la postura correcta a sus mandos. Cambiar el “chip” es muy importante ya que puedes estar continuamente a 45 grados de inclinación incluso sobre la resbaladiza pintura de los pasos de peatones o más allá, sobre incómodos agujeros o roturas del asfalto. Eso lo primero.
Así pues la seguridad es impresionante. Dinámicamente hablando no posee la agilidad de un scooter pero las ventajas de sus cuatro puntos de contacto con el suelo son innegables. Una vez que lo inclinas en la primera curva da la sensación de que se quiere tirar al suelo. Pero no. Lo que hace es variar la caída y el ángulo de cada neumático para permitir que todo fluya con la mayor normalidad.
Eso sí, también deberás cambiar la forma de actuar sobre la dirección, ya que si estás tumbado y haces contra manillar lo más probable es que se levante ligeramente y abra la trayectoria. Al contrario que en una moto o scooter. En cambio, si giras un poco más hacia el interior de la curva se reduce ligeramente el radio de giro… Curioso comportamiento, ¿de coche?
Diabluras
Como buen “SUV” que es, el Quadro4 permite incluso rodar por terrenos sin asfaltar con gran seguridad. Y como los responsables nos dieron carta blanca para probarlo a fondo, así lo hice. Sin extralimitarme, quise saber hasta qué punto puede llevarse. La verdad es que me sorprendió la nobleza. Incluso con unos neumáticos más enfocados al asfalto puedes tumbarlo y abrir gas. Eso sí, la sensación es muy diferente a cualquier vehículo que hayas probado, sobre todo por las inercias y la menor agilidad. Pero ese es solo una ventaja de este “aparato”. Derrapa con nobleza y si bien requiere un poco más de fuerza para “levantarlo” de nuevo.
Otras muchas ventajas las terminé de experimentando al final de la jornada. ¿Lo probamos a subir a un bordillo? La rueda con la que atacas se comprime sin prácticamente trasmitirte sacudida a la dirección y lo mismo ocurre con la trasera si solo intentas subir un lado del Quadro4. Lo único que debes hacer es compensar con tu cuerpo el peso. ¿Frenada en plena inclinación? OK. Ahí voy. Madre mía. No hay quien lo descomponga. Pues sí. Es tan seguro como nos comentaban…
¿Tres o cuatro?
Si la fiabilidad ha aumentado tanto como nos indicaron los responsables de la marca, el Quadro4 es sin duda una gran alternativa para aquellos poseedores del permiso de conducción B con más de tres años de experiencia o los que tengan el A1. Su homologación como cuadriciclo así lo permite, como hasta ahora se había producido con los modelos de tres ruedas. Modelos que, en el caso del Quadro3, hereda las últimas novedades del 4 y también se pone a la venta en nuestro país.
En el caso de nuestro protagonista estará disponible en cuatro colores: Swiss Red, White Snow, Titanium Grey y Raw Black a un precio por debajo de los 10.000€, menos de 7.000€ en el caso del Quadro3. ¿Será el despegue definitivo de la marca? Esperemos que sí porque el concepto funciona y muy bien. Por si os queda alguna duda tras leer esta toma de contacto, os recomendamos no os perdáis el vídeo de la marca…
fuente: motos.net/ Javi Millán