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Sesión de masturbación para la sexualidad femenina

Sesión de masturbación para la sexualidad femenina


Como darte placer sexual a ti misma mientras cultivas tu sexualidad

La práctica del autoerotismo o masturbación es completamente normal. También es necesaria y parte de una sexualidad sana. Hemos preparado esta guía de autoerotismo para mujeres para que explores paso a paso y con naturalidad todo tu cuerpo, incluidos tus genitales. Desde un estado de aceptación y amor hacia ti misma podrás disfrutar más plenamente de tu capacidad para experimentar placer y orgasmos.

Aprender a brindarte placer a ti misma es esencial porque te permite conocer bien qué zonas de tu cuerpo son más sensibles, y qué caricias y movimientos generan más placer y excitación sexual. La masturbación puede además ayudar a reducir el estrés, los síntomas del síndrome premenstrual y ayuda a conciliar el sueño. Los terapeutas sexuales recomiendan la masturbación como una práctica que le permite a las mujeres conectarse con su sensualidad, aceptar su sexualidad y aprender a lograr el orgasmo con más facilidad.

Tu infancia y la masturbación

Muchas mujeres se han masturbado desde que eran niñas muy pequeñas, con total naturalidad y sin que se convirtiera en una conducta compulsiva. Otras mujeres, sin embargo, pueden haber recibido mensajes claros durante la infancia donde se prohibía tocar los genitales o que sólo debían tocarlos “al pasar”. De esta manera aprendieron que sentir placer en el cuerpo era algo que estaba mal y que debía evitarse.

No es de extrañar que muchas mujeres sufran de falta de deseo sexual o de dificultades para alcanzar el orgasmo. Nunca se les permitió ni tampoco se les enseñó que su sexualidad era una parte natural y aceptada de ellas mismas. Lo contrario suele suceder con los niños varones. Es muy raro que los padres se preocupen si su hijo pequeño se está acariciando espontáneamente sus genitales. A menos que la familia tenga una orientación religiosa muy estricta.

Guía de autoerotísmo para mujeres paso a paso

Recursos necesarios:

1. Busca un momento en que dispongas de 1 hora a solas y con total privacidad. Este tiempo te ayudará a conectarte con el amor a ti misma a través de tu cuerpo, tus sentidos y tu sexualidad.

2. Puedes encender velas y colocar aceites aromáticos si lo deseas. También puedes vestir prendas de telas suaves, todo con el fin de ir despertando lentamente tu sensualidad.

3. Comienza por recordar un momento en tu vida donde te hayas sentido completamente feliz, llena de vitalidad y aceptación hacia ti misma. Recrea ese momento en tu mente por unos minutos y sonríe.

4. Con la ropa todavía puesta, acaricia con suavidad y amor tu rostro, tu cabeza, cuello, brazos, pecho, abdomen, espalda, pelvis, piernas y pies, hasta recorrer todo tu cuerpo con gentileza. Acaricia también tus manos y agradéceles porque te permiten dar y recibir caricias, sensualidad, amor y placer.

5. Tus manos también están cargadas de energías sanadoras. Imagina cómo esta energía amorosa va despertando lentamente la sensualidad y la energía vibrante en tu cuerpo. Respira lenta y profundamente.

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6. Ha llegado el momento de despertar tu energía sexual. Para ello, acaricia suavemente tus senos en formas de círculos con caricias de plumas. Cuando sientas que se enciende tu energía sexual, haz caricias un poco más intensas y toca tus pezones de distintas maneras, y con distinta intensidad. La idea es que vayas descubriendo qué tipo de caricias y toques son más estimulantes para ti.

7. Respira lenta y profundamente. Acaricia nuevamente con suavidad tu cuerpo para expandir tu energía sexual y llenar de vitalidad todas sus células. Si en cualquier momento apareciera por tu mente algún pensamiento negativo con relación a disfrutar del placer sexual, imagina nuevamente ese momento agradable en tu vida (ver paso # 3).

8. Frota tus manos una contra la otra para activar la energía sanadora en ellas. Colócalas sobre tu abdomen inferior, de manera que tus pulgares estén sobre tu ombligo y los demás dedos cercanos a tu hueso púbico. Quédate allí unos instantes, respirando profundamente y enviando amor a tus órganos sexuales internos (útero, ovarios y vagina) y externos (monte de Venus, labios, clítoris, abertura vaginal, perineo y abertura anal).

9. Ha llegado el momento de mirar tus genitales más de cerca. Quítate la ropa interior – si estás usando alguna – y toma el espejo. Coloca cerca de ti la ilustración de los órganos sexuales externos femeninos. Enfoca el espejo hacia tus genitales y obsérvalos. ¿Los habías observado antes o es la primera vez? ¿Puedes identificar los distintos componentes de tu anatomía sexual femenina? Intenta ubicar con claridad tu clítoris, labios externos e internos, abertura vaginal y tu perineo. ¿Qué formas y colores tienen? ¿Cómo es la apariencia de tu vello púbico y cómo se distribuye? ¿Observas algún brillo o humedad? Si notas algún pensamiento de crítica sobre tus genitales, déjalos pasar simplemente y vuelve a respirar. Tus genitales son hermosos y únicos, irrepetibles, y no es necesario que los compares con otros que hayas visto en fotos o películas. Envíales energías de amor y aceptación.

10. Deja el espejo a un lado, acaricia nuevamente tus senos. Después que tu energía sexual se haya despertado, baja tus manos hacia tu pelvis e inicia suaves toques allí. Puedes comenzar por el monte de Venus, luego los labios externos y después llegar hasta tu clítoris. Puedes cerrar tus ojos para enfocarte más en tus sensaciones y las distintas cualidades de placer que genera cada zona, caricia, toque y presión.

11. Para subir gradualmente tu nivel de excitación, enfócate por unos minutos en tu clítoris. El clítoris es un órgano dedicado exclusivamente a percibir y generar sensaciones eróticas y placer sexual. Es fundamental para el logro del orgasmo femenino. Por ello, es necesario que aprendas a estimularlo y sepas qué caricias te resultan más excitantes. Si notas que es muy sensible al tacto, tócalo por encima del capuchón o por los costados. Puedes frotar, realizar movimientos vibratorios, presionar un poco o dar pequeños golpecitos allí. Podrías también necesitar a ratos de caricias más intensas y regulares.

12. Mientras acaricias tu clítoris, con tu otra mano puedes explorar otras partes como los labios internos, el perineo y la abertura vagina. Si notas que hay lubricación en esta zona, prueba a introducir un poquito uno de tus dedos, con suavidad y gentileza, pero no fuerces nada si sientes alguna duda. Llega sólo hasta donde te sientas cómoda. La idea es que vayas sintiendo cómo el placer va aumentando cada vez más. A medida que esto ocurre tu respiración y los latidos de tu corazón se irán haciendo más fuertes y rápidos.

NOTA: Si sientes que no puedes “subir” más allá en tu nivel de excitación, está bien. No siempre es necesario llegar al orgasmo, sino simplemente disfrutar y expandir el placer por todo tu cuerpo. Si esto ocurriera, ve directamente al paso # 16 para que cierres bien tu sesión. Relájate, que habrá muchas más oportunidades para disfrutar de tu sexualidad de variadas maneras.

13. Esto significa que se han iniciado los mecanismos en tu cuerpo para que se produzca el orgasmo. Para ello, debes continuar estimulando tus zonas erógenas – en especial tus senos y genitales – con el fin de que se acumule suficiente tensión sexual que después será liberada durante el orgasmo. Notarás que en este momento, tal vez necesites de caricias más directas, regulares y rápidas sobre tu clítoris. Algunas mujeres pueden querer introducir un dildo o un vibrador en su vagina para que la estimulación sea aún mayor. Prueba lo que sientas que es mejor y más excitante para ti, lo que puede variar de una ocasión a otra.

14. Utiliza la imaginación para vivir tus fantasías sexuales más eróticas e intensas. El uso de tu mente añadirá una poderosa estimulación adicional a tu sesión de autoerotismo y facilitará el camino hacia el orgasmo.

15. Notarás que se detona tu orgasmo cuando se producen contracciones rítmicas e involuntarias en tu pelvis y se libera una sensación placentera que puede expandirse por todo tu cuerpo. Déjate llevar completamente por el placer y éxtasis de este momento. Está bien que disfrutes de tu sexualidad y mereces sentir placer. Si deseas vitalizar todo tu cuerpo con la energía sexual que se ha liberado, durante el orgasmo visualiza como esa energía circula por todo tu cuerpo, llenando cada célula de vida y de amor hacia ti misma.

16. Para cerrar tu sesión de autoerotismo y almacenar tu energía sexual, coloca una mano sobre tu abdomen por debajo del ombligo y dibuja 9 círculos. Después haz 9 círculos en dirección contraria.

17. Cierra los ojos y disfruta serenamente de la relajación por unos 5 minutos, enviándote pensamientos de amor y aceptación hacia ti misma y hacia tu cuerpo. Agradécele por permitirte disfrutar de los placeres de una sana sexualidad.

Fuente: Marianne Leyton Lemp/about.com

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