Javier Sirvent – En unos años, nadie querrá comprar un tomate de Murcia: preferirán uno de Estados Unidos que cure el cáncer

«Nadie nos ha enseñado a utilizar el WhatsApp, y ahora hay más psicólogos que nunca, porque la gente se vuelve inestable, se vuelve loca», tiene claro Javier Sirvent, que ayuda «a empresas a que no mueran» usando bien Internet

Se define en su Twitter como Technology Evangelist y se dedica a «ayudar a empresas a que no mueran». «Lo mismo que Chicote hace en Pesadilla en la cocina, lo hago yo, pero en Pesadilla en la oficina», comenta. «Mi fuerte es predecir el futuro y, de momento, no me equivoco», señala este gurú, que estuvo en la ciudad de Murcia para orientar a empresarios en sus negocios.

¿Cuál es la tecnología que viene, la que estará en boga a corto plazo en el mundo?
La de los CRISPR, una manipulación genética de corta y pega. Es la tecnología que permite hacer tomates que curen el cáncer. Esta tecnología la inventó un español en el año 92, tras descubrir que en las salinas crecían unas bacterias que se habían modificado genéticamente. Con este método, puedes programar las células como quieras. Cualquier cosa que vaya en el código genético, puede ser reparado. Pero en Europa vamos a decir a esta tecnología que nanay, y dejar que en Estados Unidos se forren. En unos años, nadie va a querer comprar un tomate de Murcia: van a preferir un tomate sin ácido úrico, o que cure el cáncer.

¿Entonces están las empresas agrícolas murcianas en peligro?
Mucho, muchísimo.

¿Y qué pueden hacer para paliar esta catástrofe?
Una cosa que pueden hacer es irse fuera. Poner en valor el conocimiento que tienen de regadío, por ejemplo. Muchísima gente se va a tener que ir fuera de Europa, hasta Estados Unidos, también por un problema de normativas.

¿Internet afecta ya a absolutamente todos los negocios?
Si alguno vive sin Internet, no va a ser competitivo.

¿No se salva ni una tienda de barrio sin conexión?
No, porque van a cerrar. En las tiendas de barrio está pasando el show roaming: la gente ve unas zapatillas allí, se las prueba y luego las compra en Amazon, porque le salen más baratas. De hecho, hay zapaterías en Alicante que se están planteando no dejar a la gente probarse zapatos. Y, si te los pruebas, tienes que pagar 3 euros.

¿Entonces no podemos vivir sin Internet?
No. Lo han hecho tan bien que somos completamente tecnoadictos. Si mañana hay una alarma porque un tanque cruza la frontera, el primero que se entera no es el ejército americano: es WhatsApp, porque cerca habrá alguien que le haga una foto al tanque. Aunque las relaciones humanas han ido a peor. Si no hubiera digital, se habrían ahorrado montones de divorcios.